El agua no es solo una sustancia amorfa o una mercancía sino que como principio vital o como deidad forma parte esencial de los Imaginarios que han conferido una identidad y memoria cultural a las comunidades de distintos territorios y épocas. El agua está, pues, en nuestro cerebro, legado cultural o memoria colectiva y como tal se nos presenta con multitud de formas o avatares de genios acuáticos, y singularmente vinculados a representaciones femeninas (damas de agua), que tanto proliferan en nuestro patrimonio común ibérico, mediterráneo y latinoamericano. Este estudio de los doctores Eloy Martos Núñez de la Universidad de Extremadura y de Aitana Martos García de la Universidad de Almería, indaga la naturaleza de este fenómeno desde miradas interdisciplinares, que interrelacionan enfoques desde los ámbitos del folclore, la narratología, la antropología cultural, la hermenéutica, etc. Por estas páginas desfilan, pues, damas blancas, encantadas, damas de las fuentes o lagos, mujeres-serpientes, moras encantadas, damas de cuevas, sirenas, lamias, xanas, genios silvestres relacionados con las aguas, lavanderas, lloronas, nereidas, ondinas y hasta diosas del tipo de Artemis/Diana. Figuras que en su conjunto pueden y deben ser hoy resignificadas como patrones conservacionistas e incluso como iconos feministas. Tomadas desde una perspectiva ecocrítica, son representaciones que ayudan a una percepción más biocéntrica y menos antrópica, que es precisamente lo que enseñan a menudo estas damas de agua en su complejidad y dualidad muerte/vida, y tan cercana a la estética posmoderna del ecogótico. La personificación de Gea, de sus descendientes en forma de damas de agua, y sus poderes debe llevarnos más allá de una lectura superficial, a una comprensión más holística y empática de nuestro entorno, rebasando los estereotipos rousseaunianos o de desastres naturales. |