Durante la Edad Moderna, las suspensiones de pagos pertenecían a las monarquías europeas más ricas y poderosas; en los siglos XIX y XX ya fueron patrimonio de los países sin industrializar, con algunas excepciones europeas como Grecia y España; y a fi nales del XX, azotaron a las grandes economías emergentes. Controlando el FMI, encargado de resolver estas crisis, los economistas europeos y americanos creían que las economías avanzadas estaban ya vacunadas contra las crisis de la deuda gracias a una gestión responsable de la misma. De ahí su desconcierto cuando, entre 2010 y 2013, estallaron simultáneamente varias en Estados Unidos, Reino Unido y casi todos los países de la eurozona |