En La piedra imán de Jaime Saenz se puede ver la confluencia de los temas mayores de su vida y su obra: el alcohol, la muerte y el lenguaje. Confluencia que más adelante será oposición, enfrentamiento y elección, porque Saenz, en un momento de su vida, se dio cuenta de que beber y escribir eran incompatibles. La renuncia al alcohol fue un gesto ético y poético, pues Saenz eligió la entrega a su obra como forma de vida, como el principio que, en adelante, regiría sus actos. A la vez, esa entrega significó la creación de un universo poético, cuya clave está en esa misma elección y en la trasformación «alquímica» de la experiencia alcohólica en escritura |