Tal como dice el prologuista, el profesor y poeta Alfredo J. Ramos, "lo que el lector encontrará tan pronto como se deje arrastrar por la voz y la música de estos poemas, llenos de imágenes delicadas y poderosas, son los diversos modos con que su autor trata de explicarse a sí mismo, y de poner ante la mirada de los demás, qué sentido puede tener (si es que alguno) el quebrarse de una vida en plena juventud. Y de entender, también, que el dolor que esa pérdida provoca, aunque personal e intransitivo (porque supone un modo ya irremplazable de estar en el mundo), en el fondo no es inútil: se mueve en alguna dirección y se suma a una corriente de rescate de un significado digno y tolerable de la existencia, aunque sea a costa de un esfuerzo de lucidez casi heroico". |