La línea de la vida se impone como un poema de poemas; así lo ha planteado su autor, iniciando cada uno de los textos con puntos suspensivos. De carácter discursivo, muestra no solo la profunda reflexión de quien se considera un «superviviente / entre las ruinas / del mundo que vio morir / sin esperanza», como él mismo se define, sino el desencanto de quien busca su propia identidad en un mundo desapacible. Mediante el verso libre, un breve romance a modo de cancioncilla y un texto en prosa, José Pulido escribe una obra abierta a múltiples interrogantes. |