Yo derrochaba lectura, devorando más de lo que podía asimilar. De caer la tarde sobre el final del libro cotidiano, el tiempo, hasta la hora de dormir, se me hacía eterno. Detrás de todos los libros que leyó en su vida Ida Vitale hay una niña encandilada por la abundancia de autores que poblaron una vez la biblioteca familiar. Pero la lectura no está hecha tan solo de tramas, sino del misterio de un poema repetido sin entender durante años, que desató con el tiempo la pasión de la lengua en la poesía. Este libro enseña a leer sin prejuicios, a dejarse llevar por la imaginación palpando los libros hasta dejarlos impresos para siempre en la memoria sensorial. Porque La ley de Heisenberg no es solo un repaso de lecturas que la autora viene realizando desde hace décadas, sino la revelación de una poética que liga el principio de incertidumbre con la literatura y con la vida. |