Caminar, dormir y caminar. La protagonista ha viajado hasta Heidelberg sin plan, siguiendo intuitiva - mente las huellas de una felicidad fechada en los primeros años de infancia en la ciudad. Imágenes de una caminata por el parque de la mano del padre o de la despedida organizada para él por un grupo de colegas filósofos. Caminar, dormir y caminar. Como si estas formas ambivalentes de la acción y el reposo pudieran distanciarla del trabajo del que se ausentó sin aviso, de la pareja ya rota, de esa casa que añora y de la incertidumbre sobre el rumbo de su vida. Estudiante enmascarada en una residencia universitaria, las personas con las que se cruza la confrontan con decisiones que ella obcecadamente posterga. |