Mariana, la niña que protagoniza la novela, empieza su relato rememorando los últimos tiempos que pasa en París, donde vive en un ambiente familiar aristocrático, hasta que en 1939 la guerra y la ocupación de la ciudad por el ejército alemán aconsejan alejarse del conflicto. La madre, Luz, es mexicana y ella con las dos hijas, Mariana y Sofía, viajan a este país para instalarse en la gran casa donde vive la abuela materna en la ciudad de México. El padre, oficial del ejército francés, parte para el frente. En su nuevo hogar, Mariana, curiosa infatigable, va descubriendo todo un escenario riquísimo en personajes, colores, olores, comidas, que ella va describiendo en un cuadro mental al que se suman sentimientos y sensaciones cruzados entre el mundo exterior y su percepción íntima de las cosas. La adoración que siente por su madre, el conservadurismo y autoritarismo de la gente de su clase social en contraste con la penuria y la servitud de las clases humildes, un naciente y confuso sentimiento amoroso hacia un cura de ideas socialistas y de poderosa y atractiva personalidad son temas centrales en el periplo de formación de una adolescente de gran sensibilidad.
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