El municipium romano es un logro histórico sin precedentes y con larguísima sombra en el mundo occidental hasta la actualidad. La palabra viene del concepto de munus. Munera (en plural) son las onerosas y abundantídimas prestaciones que quienes viven en un municipio tienen que ofrecer, sin aparente contrapartida, para que la ciudad funcione: desde la tutela de los huérfanos, el cuidado de viejos o enfermos, la aportación de medios de consumo, la conservación de edificios y calles, hasta la administración de la res publica. Municipium significa algo así como "ciudad (con su territorio) en la que todos los que en ella viven o la usan, tienen que contribuir a su construcción y a su mantenimiento en todos los aspectos, mediante trabajo físico, organizativo y administrativo, aportaciones económicas, y en todo aquello que la ciudad precise". Los intereses privados están totalmente supeditados al interés público. Una inteligente arquitectura del sistema social-político permite que el ascenso social de los individuos más exitosos (incluyendo esclavos) suponga prestigio y poder, pero más prestaciones y más costosas. |