Este libro parte de uno de los descubrimientos más importantes de la lingüística contemporánea: la constatación de que todas las lenguas humanas conocidas, pasadas y presentes, tienen un grado similar de desarrollo. No hay lenguas humanas más simples o más complejas, más ricas o más pobres, más cultas o menos cultas, más o menos útiles para la comunicación. Sin embargo, todavía circulan entre nosotros muchas ideas y afirmaciones que tienen su origen en prejuicios. Este libro analiza dichos prejuicios e intenta mostrar que se basan en errores de apreciación o en presupuestos ideológicos ajenos a la estructura lingüística. Este libro, que se ha convertido en una referencia de la crítica a la discriminación lingüística, se publica ahora en una nueva edición actualizada y considerablemente ampliada |