Lejos de convertirlas en amables arcadias de civilidad y civismo, da la espalda a los problemas más acuciantes de sus habitantes y niega la perspectiva de elevar los niveles de justicia y libertad.“Este libro es una larga carta de amor; desaforada, impaciente, exagerada —¿cómo sería una carta de amor “moderada”?—, acaso, como todas las cartas de amor —bien lo supo reconocer Pessoa—, más bien ridícula. Carta de amor a Barcelona, de amor despechado, pues ella, la amada, ha acabado en los brazos de quien poco la amaba y menos la merecía.” Así describe Manuel Delgado esta obra, un ensayo que constituye una apasionada y consistente reflexión sobre una de las ciudades más excitantes de Europa. Barcelona se ha constituido en escenario de un fraude y de un fracaso. |