Si la belleza con es compartida, si no la descubrimos en los demás, si no se nos revela como un regalo que recibimos y que entregamos en compensación, ni merece la pena ni es la belleza real: esto parece decirnos Antonio Praena. El mundo está lleno de minúsculos gestos de heroicidad cotidiana, de ejemplos mínimos de plenitud, y la labor del poeta es descubrirlos, darles cuerpo a través del lenguaje, porque el poema —como defendía T. S. Eliot— puede que sea un artilugio que no entendemos del todo, pero que nos entiende en su persecución de claridad. La voz de Antonio Praena (Purullena, Granada, 1973), es una de las más propias e inconfundibles en la poesía española actual. La belleza del otro es su libro más conseguido hasta la fecha, un canto a la supervivencia en lo ajeno, a la felicidad en lo que parece desaparecer, pero que permanece siempre más allá de nosotros. Alta poesía de la conciencia esperanzada que nos da a sus lectores una profunda y transparente experiencia de emoción. |