Juana en treinta cartas y un telegrama es, dentro del género epistolar, un recorrido tanto sentimental e íntimo (sin caer en sensiblerías), como intrahistórico, por la vida de una mujer extremeña en las primeras décadas del siglo pasado a través de los variados movimientos sociales de una época en permanente transición. Juana es hija y cuñada de guardias civiles y, tal vez por eso, el sentido del deber se encuentra muy arraigado en su personalidad y comportamiento, a lo que hay que añadir su condición de mujer subyugada a la tutela masculina. La vida le ató la juventud a ejercer más bien de institutriz de las tres hijas de su primo viudo, bajo la férrea mano del tío materno en un pueblo donde no se adaptaba, pero consiguió mantener un pensamiento tan activo que hace de ella una «mujer moderna y adelantada a su tiempo». |