Escrita en 1811, Inquisición, en palabras del profesor Guillermo Carnero, es “un ejemplo de teatro revolucionario”. Francisco A. Cabello y Mesa, periodista ilustrado, militar, abogado y gestor de explotaciones mineras, se inspiró en un hecho real: la persecución, tortura y condena de María Josefa de la Peña, llamada La Burgalesa, y de su marido, Pedro de Porras, que finalmente fueron agarrotados y arrojados a la hoguera en 1730, en Valladolid. Constituye un alegato contra la institución inquisitorial y sus terribles procedimientos. Pero más aún, expone la denuncia del secretismo procedimental, de la corrupción institucionalizada, de la superstición convertida en norma de ley, del fanatismo y del desprecio hacia la mujer |