Inmortal no es una palabra sencilla. Uno no puede ir por la vida diciendo que es inmortal. No. Y yo lo aprendí a la fuerza, y todo gracias a que mi padre se trasladó a Nueva York como jefe de policía. Por si eso no fuera poco, ya en el segundo día había conocido a seis misteriosos chicos. Todos ellos tenían algo especial que me atraía mucho. En los dos primeros días, mi padre ya estaba totalmente envuelto en un misterioso caso relacionado con actos satánicos... O eso creíamos. Acabé averiguando las identidades de ellos, descubrí que esos seis chicos eran especiales. Hice amistades, enemigos, y conocí el amor. En cierto modo, debía estar agradecida, había descubierto un mundo nuevo, una nueva yo. Pero no, porque él, justo él. Él tenía que ser INMORTAL.. |