Algún lector pensó alguna vez que con ironía y rabia alimentadas por la mediocridad, la pobreza espiritual y la otra, la hipocresía, el cinismo, las mansedumbres y la estupidez de esta época se podía hacer una gran poesía? Si lo pensó, este libro, Incluso la muerte tarda, se lo ratificará. Y si no lo pensó, este libro se lo descubrirá. Jordi Virallonga hunde su sangre en el real y en ella moja la pluma con que escribió estos poemas. El autor emplea el llamado lenguaje popular de tal manera que abre su complejidad y los diferentes sentidos que las palabras proponen sin perder su misterio. “La vencida inmensidad del abandono”, dice. “El aire del prójimo supurando/ las piltrafas de un posible paraíso”, dice. Jordi sabe que la lengua del Paraíso ya no está disponible. {...] En realidad, es toda una reinvención. [...] Hay poetas que viven para escribir. Jordi Virallonga, como todo poeta de verdad, escribe para vivir. Y nos hace vivir: sus poemas son como puñetazos con los ojos abiertos |