Lo que ocupa la mayor parte de nuestras vidas son experiencias aparentemente banales a las que no les damos demasiada importancia: la comida que ingerimos, los olores que percibimos o las conversaciones que mantenemos. Preferimos centrarnos en lo extraordinario, en lo que creemos que es único, sin embargo, ¿por qué lo cotidiano debe tener menos trascendencia? ¿Por qué no le damos el verdadero valor que posee? Durante este paseo filosófico encontraremos objetos y lugares de nuestro día a día que nos harán cuestionarnos nuestra relación con el mundo, con los demás y con nosotros mismos. Una píldora diaria de filosofía para lograr una vida más plena. |