Asistir a una exposición es asomarse al mundo: a unaexpresión del mundo, al igual que una fórmula matemática expresa un hecho, o una sucesión de hechos, de la realidad; a un mundo cifrado, que guarda en sus signos, en sus recovecos, una significación mayor, acaso plena. Las oscuras leyes que rigen el funcionamiento de las cosas se iluminan, sin revelarse, en las exposiciones. Uno percibe el camino tortuoso que han seguido para ser lo que son, y también el no menos asendereado que ha recorrido la mente humana para alcanzarlas. En las exposiciones confluyen la historia y el presente: los infinitos esfuerzos del hombre por representar sus deseos y sus esperanzas, y también sus fracasos, y la contemplación asombrada en la abrumadora fugacidad de este instante. En las exposiciones, nosotros somos lo expuesto: lo que hemos querido ser y lo que fatalmente somos; lo que nos ha precedido y lo que sin duda nos continuará; lo mirado y quien mira. |