Si esta tierra es rica en manifestaciones artísticas de todos los periodos, casi con total seguridad uno de los productos estrella es la escultura "barroca", y utilizamos el término barroco, no sin incumbir en error, de elevarnos sobre su enclave de temporalidad, para aludir a un arte cuyas claves sociales se han mantenido desde el siglo XVII hasta la actualidad, más que a unas meras características formales, que ha sabido reinventarse y crear nuevos lenguajes, formales, expresivos, creativos, etc. Probablemente sea en Andalucía, donde a lo largo de la Historia se hayan establecido las relaciones más "humanamente" posibles, entre esculturas y personas. Pocas comunidades han vivido a lo largo de los tiempos una historia de "amor" tan pasional y tan duradera. Pensarán los escépticos, que poco puede hacer una escultura de madera, piedra, barro, o cualquiera otro material. La realidad, es que aquí en Andalucía, las imágenes sagradas cumplen un papel activo en la sociedad, tienen voz y voto, convivimos con ellas, las visitamos, nos preocupamos por su estado de "salud", y les pedimos que se preocupen por el nuestro, las consultamos, y escribimos sobre ellas. |