Mediante un estudio trenzado de los fundamentos de la puesta en escena, de la historia del arte, de la tecnología y de nuestra intimidad biológica, el retrato femenino se trasladadel cine a la escritura alcanzando el grado de fascinación humana y analítica ajeno a cualquier idolatría. Un ejercicio donde adquiere importancia la instantánea de la palabra,su capacidad descriptiva, su fidelidad fotográfica. En presencia de un rostro femenino,conscientes de la importancia de esta dimensión literaria del análisis, sabremos lo quepuede una mujer.Frente al sensacionalismo contemporáneo que se complace en promocionar la fealdad yla desdicha, en oposición directa a los que comercian con el odio y el vacío, recorreremosel discreto camino de la estética que nos lleva de la intuición a la evidencia. Cultivar lamirada, la escritura y la lectura del retrato cinematográfico nos proporciona un sentidocabal de la convivencia y nos impregna con un tímido amor a la vida |