Retirado en una de las casas colgadas de Cuenca, encaramada sobre la hoz del Huécar en la parte alta de la ciudad, pasó buena parte de su vida el licenciado Sebastián de Covarrubias y Horozco. Allí, rodeado de una de las más «insignes y universales librerías de su tiempo», compuso a lo largo de más de veinticuatro años ese Tesoro de la Lengua Castellana o Española que le ha dado un puesto de honor en la historia de la cultura hispánica. En esta misma casa se organizan cada dos años unas jornadas en las que algunos especialistas en la ciencia, la cultura y el arte del Siglo de Oro analizan el acervo de determinados saberes en el tiempo de Covarrubias y su presencia y tratamiento en el Tesoro. Estos trabajos, además de profundizar en el conocimiento de la obra del maestrescuela conquense y dar relevancia pública a la casa en que la compuso, van a ir conformando una suerte de biblioteca-enciclopedia especializada en uno de los periodos más importantes del arte, la cultura y la ciencia españolas. |