El capitalismo ha entrado en fase de crisis terminal. El agotamiento y contaminación de la biosfera, el estancamiento de los salarios, la crisis del Estado de bienestar, la inmiseración de las periferias del planeta, incluso la reciente pandemia y la generalización de los problemas de salud mental, son solo algunos de los síntomas de esta situación de agotamiento. A pesar de esta tendencia, y de su negación por parte de gestores y solucionadores de todo tipo, vivimos en una sociedad que dispone de pocos recursos intelectuales y políticos para hacer frente a esta crisis. Lo que en este sentido nos propone Corsino Vela es un diagnóstico del capitalismo a partir de las contradicciones y los límites objetivos inherentes al propio desarrollo del modo de reproducción social capitalista, como son el agotamiento paulatino de la rentabilidad del capital, el aumento de las actividades improductivas, el incremento de los costes de la reproducción social o el carácter cada vez más excedentario de una proporción cada vez mayor de la población del planeta. Al mismo tiempo, Corsino apunta a las dificultades políticas que enfrentamos y que resultan manifiestas en la producción de una subjetividad consumista, ensimismada y dependiente, lo que sin embargo no debería excluir la posibilidad de su eventual autoconstitución como sujeto antagonista, dentro del inevitable conflicto que la relación social capitalista entraña.
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