El triunfo de la estupidez desmonta con datos el relato biempensante asentado a lo largo de los años sobre la igualdad, la multiculturalidad o la solidaridad intergeneracional. Si lo que se encuentra al final del camino de ciertas políticas es el empobrecimiento, la inseguridad, la crisis económica o la falta de estabilidad institucional en una sociedad cainita incapaz de progresar, ¿cómo es posible que cuenten con tanto apoyo popular? La respuesta es la estupidez, el comportamiento natural de la masa, que se refugia en la Constitución como norma suprema. Un sistema de leyes que no impide los desmanes del poder, aupado por esa misma masa que crece por la manipulación mediática y que ha reducido al absurdo el debate político. |