La progresiva expansión del ordenamiento laboral más allá del trabajo obrero industrial para cuya regulación y protección se creó, hace poco más de un siglo, ha traído consigo un paralelo y constante proceso de diversificación y especialización, con respuestas, tanto legales como convencionales, no siempre completas y suficientes. Al mismo tiempo, la evolución experimentada por las naciones y las sociedades en esta compleja centuria y el alumbramiento y consolidación de los llamados Estados de bienestar, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, han venido acompañados por el desarrollo de actividades, organizaciones y formas de producción y empleo que concurren con las empresas y mercados lucrativos tradicionales, y que resultan en cierto grado extrañas a las relaciones entre capital y trabajo, presupuesto originario del Derecho del Trabajo, cuestionando el alcance y contenido de algunas de sus reglas. |