Los temas a los que alude son el culto a la amistad, el espacio del café de billares, la nostalgia del barrio y las fogatas, el deslumbramiento por las luces de la ciudad vista desde lejos. “Las épocas mueren como las personas” dice Riestra, que reconstruyó un mundo para que a través de ese artificio que llamamos literatura sobreviva. La obra tiene también un hilo temático basado en los componentes geográficos y sentimentales del rosarino de clase media. “Rosario y una manera particular de sentir Rosario. Lo que se lee en este libro podemos verlo, o lo hemos visto, lo hemos sentido o podemos sentirlo” escribe Agustín Alzari en el prologo de la obra. Es una obra que homenajea a la ciudad y a su lengua trabajando a lo largo de toda una vida en la cabeza y en la mano de un escritor moderno. |