El paisaje funerario del municipio romano Alba (Abla, Almería), se organiza en torno a la necrópolis urbana y diversas sepulturas rurales dispersas, ligadas al rito de inhumación. Dicha necrópolis se articulaba en torno a una vía sepulcral, a la salida de la ciudad, jalonada de monumentos sepulcrales altoimperiales, cuyo máximo exponente es el actual mausoleo de Abla. Durante el Bajo imperio aparecen documentados distintos espacios ocupados por recintos funerarios y sepulturas de diversa tipología. Los testimonios arqueológicos funerarios: epigrafía, escultura, sarcófago, cipo, ungüentario, vajilla funeraria, etc. denotan un "municipium" plenamente romanizado, que alcanza su máximo esplendor en el siglo II. |