A muy corta edad, Daniel vio su vida truncada por un terrible suceso: su padre fue acusado del asesinato del empresario más importante de su pueblo, Reinosa. Tras ser detenido, el hombre confesó su culpabilidad en una nota y se quitó la vida. Daniel nunca ha superado la lacra de ser el hijo de un asesino, pero, sobre todo, no ha dejado nunca de pensar que hay algo que no cuadra en esa historia. Por mucho que ha intentado alejarse del pueblo y de su pasado, las heridas sin cerrar siguen repercutiendo en su vida adulta, así que toma la decisión de volver para averiguar, de una vez por todas, qué ocurrió la noche del asesinato en la que perdió para siempre al padre al que creía conocer.
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