EL jurado del Premio Tiflos, premio concedido por unanimidad, señaló que este libro “aborda un nuevo modelo de poesía que huye de la dulzura poética y se adentra, con un gran gusto por el lenguaje, en poemas que hablan de la vida actual. Un texto, sin duda, muy diferente y novedoso”. Y, en efecto, la novedosa utilización de las imágenes, la construcción de los poemas y su forma de acercarse a la realidad así lo apuntan. El fin del mundo en las televisiones habla de las víctimas de este tiempo, de un sistema donde el dinero, la mercancía y el espectáculo se convierten en los valores no solo de la política o de la economía sino de la práctica social común. Poesía de indagación moral, construye una serie de personajes reales, literarios o históricos que someten a crítica a esta época de la crisis y del malestar. Temas como la mentira, la corrupción, la dificultad de la vida cotidiana son vistos como esas maneras que tiene el poder de hacer más ínfima la vida de la gente, de llevar a los individuos al terreno de la insignificancia. El fin del mundo en las televisiones es, por ello, un alegato contra la insignificancia, contra quienes la amparan y contra quienes la sustentan. Y propone la necesidad de plantear un pensamiento crítico que reafirme al hombre en la dignidad y en un nuevo modo de vida. |