En tiempos de inmediatez, rapidez y falta de tiempo parecería un desafío reflexionar en torno a la idea del paseo. El ensayo del Paseante da cuenta de la intimidad del escritor y de su relación con el mundo; así como de su quehacer literario y reflexivo, lo que refleja en gran medida la esencia del ensayo. No sólo para describir lo que percibe sino, sobre todo, para mostrar con su palabra la acción de su pensar y su sentir frente a lo que lo rodea. Escritores que, al mismo tiempo, ensayaban su propia poética del paseo como Robert Walser, Virginia Woolf, Sergio Pitol, W.G. Sebald, Walter Benjamin, Fernando Pessoa, Henry David Thoreau y Miguel de Unamuno. Hacedores de una geografía del paseo de donde se desprende una geografía interior para esbozar una «cierta» manera de mirar la realidad, su entorno y los problemas que de ese mundo se derivan. Ensayos que involucran al lector en sus reflexiones e impresiones, haciéndolo parte del paseo, para mostrarle que los lugares no son sólo visitables sino, sobre todo, que habría que aprender a hacerlos habitables, lo cual comienza con un recogimiento hacia nosotros mismos, y a saber hospedar lo extraño y extranjero. Autores que atraviesan y exponen su espacio y su tiempo, para mirar más allá, en un acto que trasciende el lugar y el momento presente del Paseante haciendo del lector su contemporáneo. |