Las abejas, pese a su corto periodo de vida, nos enseñan a trabajar sin descanso por el bien de la comunidad a la que pertenecen y sirven. Como en un enjambre, España tuvo y tiene grandes hombres y mujeres que hicieron poco ruido y entregaron toda su vida al bien de la comunidad donde ejercieron con dignidad sus funciones y sus acciones. Pero en las colmenas también existen los zánganos, a los que dan de comer las abejas obreras para que lleven a cabo su labor de fecundación. En nuestra sociedad, en el último siglo, se han producido infinidad de conductas similares: aquellos que trabajaron poco y siempre pensaron en vivir a costa del esfuerzo de los de su especie. Este libro es una reflexión sobre aquellos casos de quienes eligieron la riqueza conseguida sin escrúpulos y pasar al olvido, y un homenaje a todos aquellos que actuaron de forma correcto, porque la historia los mantendrá vivos |