Los combates culturales buscan legitimar hacer historia como una exigencia moral. El espíritu crítico fijado en 1870, al denunciarse el antisemitismo, el colonialismo y las injusticias sociales, afronta lo que los intelectuales califican de propaganda. Este libro ahonda en la necesidad de hacer historia frente a la descripción única de los hechos desde una de las partes en conflcto. Y así cuestionaron los principios de similitud. La mentira se extiende por todas partes y comparte con la pasión por el relato el privilegio de ser un bien comercial de fácil consumo. La música ligera acompaña el camino fácil, pretendidamente alegre, que une caramelos y bombones con palabras vacías, como le decía Mina a Alberto Lupe en la famosa canción |