A lo largo de la historia de la humanidad, el dibujo ha sido uno de los lenguajes relevantes de las personas para comunicarnos, ya que a través de él podemos exteriorizar nuestras percepciones, pensamientos y recuerdos archivados en nuestras mentes, al igual que es un medio idóneo para expresar las emociones y afectos más recónditos que tenemos. En este sentido, el dibujo se convierte en una manifestación gráfica de los conceptos y las emociones más significativos de niños y adolescentes. Todo esto no ha pasado desapercibido a docentes y psicólogos que han investigado en el mundo gráfico infantil, por lo que han entendido que es un instrumento eficaz para conocer aquellos sentimientos que no desean o no son capaces de comunicarlos verbalmente. Y si hay un tema de singular relevancia para conocer el desarrollo de sus afectos es precisamente el dibujo de la familia. Pero hay que ser precisos metodológicamente a la hora de interpretar los significados de las escenas que elaboran sobre un tema tan sensible como es el indicado, ya que habitualmente se cae en la improvisación y en la subjetividad, que puede |