Varios artículos publicados en el pasado en diversas revistas jurídicas y mi experiencia como magistrado de la Segunda Sala (Penal) de la Excma. Corte Suprema, constituyen los motivos poderosos que me determinaron a redactar esta breve monografía, cuyo objetivo principal, más allá de lo expositivo, es destacar la necesidad de mantener vigente, en sus postulados irrenunciables -adecuados a la época contemporánea- el Derecho Penal liberal, en el cual me eduqué, el cual he enseñado por cuarenta años, el cual es guía en mi tarea jurisdiccional y en el que creo firmemente, con las inevitables limitaciones de toda obra humana. Los principios cardinales seleccionados son el nulla poena sine culpa, el de protección de bienes jurídicos y el de lesividad, por haber sido objeto de mi especial atención como académico y estar directamente vinculados al quehacer judicial |