Los límites medioambientales y de recursos del planeta hacen concluir que en el Norte rico estamos obligados a reducir los niveles de producción y de consumo. Pero desde la perspectiva del decrecimiento, y aparte de pelear por salir del capitalismo y de la desigualdad que impone, tenemos que hacer algo más: recuperar la vida social que hemos ido perdiendo, desarrollar formas de ocio creativo, distribuir el trabajo, reducir el tamaño de muchas de las infraestructuras que hoy empleamos, restaurar el vigor de la vida local y, en fin, apostar por la sobriedad y la sencillez voluntarias |