En las fronteras del Imperio se extiende una provincia desnuda y mineral donde el frío, la escarcha y el ritmo lento de los largos inviernos parecen adormecer a los habitantes de un pequeño pueblo. Pero ese estado apacible se trastoca de golpe cuando el párroco es descubierto una mañana con la cabeza destrozada por una piedra. ¿Cuál es el móvil del crimen? ¿Quién podría guardar tanto rencor en un lugar donde las comunidades religiosas siempre han vivido en armonía? El caso es confiado a Nurio, un policía que con demasiada frecuencia se deja llevar por sus pasiones y que en compañía de su fiel asistente Baraj, un gigante distinguido con alma de poeta, deberá desenmascarar al culpable, que podría estar escondido entre la población musulmana. Pero ¿tiene interés acaso el Imperio en desenmascarar al verdadero asesino? |