El Abogado desempeña una función trascendental e irremplazable en un Estado de Derecho. Es un elemento imprescindible para la realización de la Justicia, ya que garantiza la necesaria información y asesoramiento al cliente, la contradicción, la igualdad de las partes, tanto en el proceso como fuera de él, y encarna el derecho de defensa, que constituye un requisito imprescindible de la tutela judicial efectiva. Para desempeñar adecuadamente estas atribuciones no es suficiente un conocimiento exhaustivo de la normativa legal vigente, o una buena técnica de trabajo. También es necesario que el Abogado conozca los principios éticos y deontológicos que han caracterizado durante siglos su profesión, y que la han hecho merecedora de un prestigio y honor indiscutibles. Este libro sobre Deontología profesional del Abogado pretende acercar a estudiosos del Derecho, juristas profesionales y, en definitiva, a cualquier ciudadano interesado por la Justicia, a principios tan fundamentales como el de independencia, libertad de defensa, integridad del Abogado, confidencialidad y lealtad, presentes, a lo largo de la historia, en el quehacer profesional de todo buen Abogado |