Una obra reunida no es igual a la suma de los libros que contiene (en este caso los poemarios De puertas para adentro, Entre la quietud y la ausencia y Nueve meses). Agruparlos altera su alquimia, como si la nueva interacción transformara los lugares adonde apuntaba cada libro por separado, la textura de sus paredes y la hondura de sus huecos. Desde la perspectiva privilegiada que otorga leer estos textos de golpe, se vuelven evidentes coherencias, obsesiones, todo aquello que pudo pasar desapercibido y ahora nos resulta imprescindible: la consistencia necesaria de su mundo |