Como un juego de círculos concéntricos De luces y sombras se presenta como un libro eminentemente existencial. El amor hilvanará las costuras de todas sus partes, pues será trasunto de la vida —de su éxtasis y de su decadencia—, la herramienta desplazada y metafórica con la que conseguimos hallar un correlato a la fugacidad y la limitación de la existencia: «Solo queda tu voz, tu ausencia plena, / la huella de tu paso que olvidada / dejó una tarde Dios sobre la arena». Herederos de esa dialéctica cernudiana entre la realidad y el deseo, los versos de Joaquín Jiménez Carrillo de Albornoz consiguen hacernos vislumbrar que tras el desamor, la ausencia y la muerte palpita todo un mundo de continuidad en potencia que solo a través de la palabra poética podemos hacer algo menos inefable. |