Se trata de un ensayo autobiográfico, que hace que la trayectoria vital sea la que vaya articulando reflexiones críticas, que salieron y salen a su paso, sean políticas, culturales, sociales o artísticas. Además de existenciales. En las que el enfoque generacional es tan inevitable como determinante, aunque un tanto extemporáneo, por la revocación que el tiempo ha operado en un sistema de creencias, previsiones, comprensiones de un mundo al que ya no se pertenece, por desaparecido. El autor, por transterrado, desde hace más tiempo todavía; ácido, ubicuo, con humor y una iconoclastia bien servida, regresaría al lugar del crimen si fuera una novela; al encuentro con los jirones de su vida anterior, desde la perplejidad presente. |