Cuentos de las Tierras de las Voces muertas nace como un homenaje a las etnias que poblaron las regiones australes de lo que hoy es Chile, pueblos cuyas voces el tiempo y la codicia condenaron al olvido. Estas historias, ahora transformadas en narraciones, se incrustaron en mi memoria de niño, acompasadas con el ritmo de la lluvia y bajo el agobiante peso de los vientos, mientras nos agrupábamos en torno al fogón, atraídos por la voz de las nanas mapuches. Allí me abrieron las puertas de la fantasía, aprendí el valor de compartir, que todos somos iguales y que la mente lo es todo. Su dios, el padre/madre Gnenechen, el Viejo que habita en el cielo, aparecía ante mis ojos como una entidad más potente y real que el dios de mis mayores, más lejano y ambiguo. Sus historias hablaban del valor y de la fuerza, pero también del respeto a la naturaleza y de la magia, que forma parte de la vida. Creer en ella me evitó muchos dolores, humillaciones y tristezas. Todavía me las evita. |