Postrado ante la pantalla, un vocalista parapléjico escribe con la pupila y los párpados la historia de una afamada banda de rock. Ante este texto inconfesable, el resto de El Grupo decide ir corrigiendo los episodios. Las pistas en inglés y en mapuzungun, sin embargo, conducen hacia una memoria anterior al orden del Imperio y el Contraimperio que mantiene sometido al mundo. Se trata de una antibiografía musical, pero también una fábula del movimiento político que logró imponer la justicia en un país, el relato sentimental de una pareja de tres y la genealogía fragmentada de una familia rural que cría a un solo hijo urbano. Coreografías espirituales amplifica la obra de uno de los más relevantes e inclasificables narradores hispanoamericanos actuales. |