Desde la impunidad en el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, que impidió la democratización del país, hasta la presidencia de Álvaro Uribe, único presidente en la historia del continente acusado de fraude electoral, de recibir ayuda del narcotráfico para su candidatura, de sobornar a parlamentarios, de traición a la patria, de terrorismo de Estado en complicidad con los paramilitares, etc., se fue fortaleciendo una falsa democracia en Colombia para criminalizar a la oposición, bloquear la negociación con la guerrilla y aumentar constantemente las peores desigualdades sociales de América Latina. Al impedir la Corte Constitucional una segunda reelección de Uribe, el nuevo presidente, Juan Manuel Santos, decidió negociar con las FARC, de acuerdo con la Administración Obama, en el nuevo escenario de los gobiernos progresistas de América Latina. Pero el Acuerdo de Paz quedó en la incertidumbre al ser rechazado en plebiscito. |