Durante siglos España ha sido el país de la emigración por excelencia. A diferencia de Irlanda, Italia y Portugal, otros países europeos que fueron igualmente foco migratorio, el caso español se ha extendido en el tiempo a lo largo de casi cinco siglos y ha tenido diversos polos de atracción. El europeo dominó mayoritariamente la diáspora española durante el tercer cuarto del siglo XX. Pero, además, la emigración económica se vio salpicada cada cierto tiempo por otra de carácter político que arranca, esta última, con los avatares posteriores a 1808 y se cierra con el franquismo. Por su parte, los flujos de carácter económico están presentes a lo largo de la historia a partir de 1492 de manera prácticamente continua |