Una mujer y un anciano. Juntos recorren un día, en una especie de baile a cámara lenta. «Eduardo Romero nos ofrece un instante de verdad absoluta, despojada de artificios. Un relato certero e implacable con el que nos abre la puerta a un microcosmos de gestos que se repiten, de odiseas cotidianas, de días idénticos a otros, y nos enfrenta a su fragilidad y su crudeza».—Elvira Valgañón «Una emocionante historia sin adjetivos: una pura descripción minuciosa y atenta de operaciones físicas en torno a un cuerpo que, al mismo tiempo, a través de esa atención, se vuelve indispensablemente humano».—Santiago Alba Rico |