Los poemas de Mario Espinoza están ligados a lo vivido en cautividad, lo vivido como materia que es voz y, por lo tanto, palabra; lo vivido como forma de dejar testimonio sobre los paisajes íntimos que desembocan en lo común. Su lírica, enraizada en los lenguajes y códigos de nuestro momento histórico y nuestros territorios, se muestra en la mística del encuentro, en la denuncia amarga de la soberbia del Imperio, en los guiños del amor y lo relacional y en lo que acompaña al niño que seguimos siendo. Helios F. Garcés |