Cartas de Caín es un texto que aborda la culpabilidad y explora nuevos ámbitos literarios, con un lenguaje poderoso y por momentos profético, donde la tradición cervantina se funde con una potente herencia vanguardista. Así, la sombra de Cipión, personaje de El coloquio de los perros y pseudónimo utilizado por Freud para firmar parte de su correspondencia, preside toda la obra. Tras un primer diálogo esencialmente dramático, encontramos un epistolario o sucesión de coros donde «el lenguaje de Cartas de Caín se vuelve decididamente lírico y transita entre lo mítico y lo apocalíptico, pero no faltan los juegos verbales de carácter vanguardista, hallazgos fónicos o guiños humorísticos», como señala el profesor Eduardo Pérez-Rasilla. No es preciso insistir en la resonancia simbólica de este texto misceláneo, dotado de singular espesor literario. |