A lo largo de la historia, y también de la prehistoria, la humanidad ha hecho uso de la violencia, tanto para comer como para protegerse de otros pueblos y en ocasiones para dominar. Por desgracia, ha ampliado sus malas artes en otros campos y con otros métodos. Ya no solo se mata para comer o protegerse, como hacen los animales, sino por motivos tan poco racionales como pertenecer a otra etnia, tener otro color de piel o profesar otras ideas religiosas o políticas. Además se utilizan métodos mucho más letales y extensos. Y en esta “evolución” han colaborado muy activamente los políticos y su brazo armado: los militares. Puede parecer desmedido calificar de canallas a gran parte de los actores de la historia, pero su definición es la de “una persona de malos procederes” y no cabe duda de que la mayoría ha actuado de forma poco ética. Directa o indirectamente han mandado a la muerte, torturado, violado, robado y sometido a la miseria o a la esclavitud a pueblos enteros |