Más allá del género, las posibilidades de acción de las personas, a nivel individual y colectivo, están mediatizadas por su rango social, derivado de factores como la clase, la religión o el trabajo. Este libro pone de relieve el estatus de las mujeres como un elemento clave para interpretar sus experiencias y sus contribuciones al desarrollo de la sociedad en los dos últimos siglos de la Edad Media. A partir del estudio de las mujeres del campesinado y de los grupos urbanos, junto a aquellas que pertenecieron a los linajes nobiliarios y las reinas, se exploran el mundo del trabajo, las relaciones económicas, el ejercicio del poder y la resolución de conflictos, entre otros fenómenos en los que la presencia femenina jugó un papel destacado, aunque las narrativas históricas dominantes no siempre lo hayan valorado así. |