Si, como sabemos desde el Renacimiento –y desde la herencia cultural de nuestros ancestros africanos, que otros se niegan a percibir- el descubrimiento de la realidad es la fuente principal de todo conocimiento, adentrarse en historias como la de Juan Riochi puede contribuir a derribar algún mito. Son duros estos Recuerdos, como es inusitadamente despiadada la pobreza inducida por las dictaduras, heredad natural del colonialismo. En nuestra modesta percepción, todo sentimiento, anhelo o frustración que anegue el corazón constituye un valioso material para el quehacer literario, susceptible de suscitar el interés de cualquier otro ser humano: corresponde a cada cual utilizarlos con habilidad, para lo cual se requiere capacidad y capacitación |