Allí, en un paisaje de casas hundidas en el barro y animales venenosos, conoce al suboficial retirado Duarte, antiguo militar, albacea y amigo del asesino de su madre. Desde este punto de partida, el lector acompañará a Cetarti en un derrotero azaroso que incluirá las chapuzas ilegales para cobrar un seguro a medias con Duarte, la mudanza a la casa de su hermano muerto (pasillos repletos de basura ordenada, «una especie de tumba de Tutankamón pero con mugre en vez de tesoros»), y la nebulosa complicidad en los oscuros negocios del albacea. También es la historia de Danielito, un inocente hijo de la violencia y auxiliar de Duarte, hermanado a su vez con Cetarti en la deriva, el puro estar y las acciones con motivos que no logran percibir. |